jueves, 22 de marzo de 2012

TESTIMONIO DE VIDA

Gloria Lopresti compartió detalles de su vida en un encuentro con jóvenes en el Centro Comunitario de San Bernardo

Semana por la Memoria en el Partido de La Costa“Bienvenidos a la vida” dijo al cerrar su charla Gloria Lopresti a una multitud de jóvenes que la escuchaba en profundo silencio. Con esas palabras terminó ayer (21/03) la tercera intervención de la Dirección de Derechos Humanos del Partido de La Costa en la Semana por la Memoria.

Gloria camina lento hacia la mesa en la que contará la parte más dolorosa de su vida. Sus pies, que tiemblan con cada paso, arrastran su cuerpo diminuto y la ferocidad de los crímenes cometidos por la dictadura cívico-militar instaurada por el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

En su travesía desde la puerta del centro comunitario de San Bernardo hasta la mesa, la acompaña Martín Poustis, director de Derechos Humanos. Gloria se sienta, acomoda el micrófono y se dispone a contar. Una voz firme y cálida anticipa que llorará.

Gloria Lopresti compartió detalles de su vida en un encuentro con jóvenes en el Centro Comunitario de San Bernardo“Pero no se preocupen si me ven llorar -advierte-. La militancia me enseñó que no podía llorar frente al dolor, pero sí podía llorar con la alegría”, propone la mujer que el 31 de julio de 1977 fue torturada por órdenes del genocida Ramón Camps.  Mientras, afuera puede verse el cielo celeste, es una brillante tarde de otoño.

“No me duelen las heridas, no me duelen los golpes, no me duelen los miedos porque veo que no fueron en vano” revela Gloria, la que porta en su espalda como una mochila salvaje las quemaduras de cigarrillos y picanas, la persona que sufrió vejaciones sexuales y la que, aún así, confiesa guardar muchas culpas: “Hay muchas cosas que no me puedo perdonar: ¿Por qué mis compañeros desaparecidos murieron y yo estoy viva?”.

“Hoy no hay una sola arma que pueda insinuar la posibilidad de que lo siniestro vuelva a ser. Es con la memoria, con la verdad y con la justicia y con gente como ustedes que un día de sol están peleando, están recordando a nuestros 30 mil desaparecidos” sugiere la militante y locutora de Madres de Plaza de Mayo.

“La vida no es bailar e ir de compras -enseña Gloria a los jóvenes-. Eso también, pero no sólo eso. La vida es lo que ustedes hacen hoy en este centro. Bienvenidos a la vida.”

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